Más de un siglo de dedicación al ibérico

Estanislao es historia viva de Guijuelo

La historia de Estanislao es la de una familia emprendedora de Guijuelo, cuya actividad y vocación ha girado siempre en torno al cerdo ibérico.

Todo comienza hace más de 100 años. Entonces, igual que ahora, los encinares y dehesas de la comarca proporcionaban un sustento natural a la raza porcina autóctona. Cada familia sacrificaba sus propios cerdos y almacenaba las piezas más calóricas para afrontar el crudo invierno.

Con una producción de jamones, embutidos, tocino, manteca, etc., que sobrepasaba el autoabastecimiento, nuestros bisabuelos decidieron ampliar horizontes. El trueque entre ganaderos y agricultores era una fórmula habitual y esta actividad les llevó por toda la Sierra de Salamanca, la Comarca de la Vera, llegando más tarde hasta las provincias de León, Zamora y el sur de Galicia. Todo ello con los medios de transporte rudimentarios de la época, pero con un empuje vocacional inquebrantable.

Con el paso de los años, el ferrocarril llegó a la zona impulsando el comercio y el transporte de mercancías. Comenzamos entonces a seleccionar los mejores cerdos ibéricos de Extremadura y Andalucía, para su cría y explotación en Guijuelo.

Con el fin de dar continuidad a los valores de tradición y calidad acuñados por el abuelo Estanislao, nuestra marca se instaura ya en la década de los 80. Hoy dichos valores permanecen inalterables y nuestra experiencia crece al amparo de la vocación familiar.